Los 10 alimentos que ayudan a prevenir el deterioro cognitivo

by Redacción

Un nuevo estudio publicado en Journal of Alzheimer’s Disease reveló que la dieta MIND se asocia con un deterioro cognitivo más lento y un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer en adultos mayores. Se trata de un tipo de alimentación que combina elementos de la clásica alimentación mediterránea y de la dieta DASH, con enfoques dietéticos que apuntan específicamente a detener la hipertensión.

Para la investigación, estudiaron los casos de 569 de personas fallecidas, con datos de su tipo de alimentación, pruebas cognitivas próximas a la muerte y autopsias; y analizaron las asociaciones de la dieta MIND con diferentes factores como patologías cerebrales y la cognición global en momentos próximos a su deceso, teniendo en consideración la edad, sexo, nivel de educación, actividades cognitivas e ingesta diaria, entre otros factores.

Una investigación previa, del Centro Médico de la Universidad de Rush de Chicago, había develado tiempo atrás que los adultos mayores pueden beneficiarse de la dieta MIND, aún cuando ya se hayan desarrollado depósitos de proteínas, conocidos como placas y ovillos amiloides: “Las placas y los ovillos son una patología que se encuentra en el cerebro y que se acumulan entre las células nerviosas y, por lo general, interfieren con el pensamiento y las habilidades para resolver problemas”.

Lo que aporta el nuevo estudio es que esta dieta sería de extrema utilidad no solo para personas con síntomas sino que además podría ayudar a la prevención misma de los síntomas, para la población en general. En esta línea, la investigación aportó que la dieta MIND “se asocia con un mejor funcionamiento cognitivo independientemente de la patología cerebral común, lo que sugiere que la dieta MIND puede contribuir a la resiliencia cognitiva en los ancianos” de modo global.

Según la investigación, “La dieta MIND es un factor de estilo de vida modificable, diseñado para la salud del cerebro y rico en nutrientes que son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y pro-cognitivas”.

Además de la actividad física y ejercitación del cerebro, la alimentación también puede ser de gran ayuda a la hora de cuidar su funcionamiento (CHRISTINE DANILOFF, MIT)

¿Puede la alimentación afectar nuestro cerebro? No solo la actividad física, la reducción de la presión arterial, factor de riesgo del Alzheimer, y la ejercitación directa del cerebro tiene efecto sobre el estado cognitivo y envejecimiento, también lo que consumimos.

Durante décadas, los científicos se concentraron en desarrollar fármacos para tratar la enfermedad de Alzheimer, pero según la neuropsiquiatra y epidemióloga Kristine Yaffe de la Universidad de California en San Francisco, “el clima realmente ha cambiado para centrarse en la prevención”. “Tenemos conocimiento sobre algunas de las acciones que se deben tomar para que la sociedad marque la diferencia”, precisó la psiquiatra Gill Livingston del University College London, quien dirige la Comisión Lancet.

Según un comité internacional de científicos y psiquiatras, conocido como la Comisión Lancet sobre prevención, intervención y atención de la demencia, estimó que el 40% del riesgo de demencia está dado por lo que se conoce como “factores modificables”.

Así, más allá de medicamentos específicos y diferentes tipos de intervenciones, una alimentación adecuada podría ser de utilidad para prevenir o retrasar los síntomas de la demencia o de la enfermedad de Alzheimer.

En este sentido, la licenciada en nutrición Antonela de Lamo (MN 8.226) explicó a Infobae: “La comida chatarra es una bomba de tiempo, desde niños todas las personas están expuestas a su consumo, desde campañas de publicidad, hasta ofertas en vía pública. El consumo en exceso de estos alimentos, ricos en grasas saturadas, en calorías, colesterol, azúcares refinados y sodio puede ser muy perjudicial”.

Según un artículo del National Institute of Anging (NIA) de Estados Unidos, ”es posible que comer una determinada dieta afecte los mecanismos biológicos, como el estrés oxidativo y la inflamación, que subyacen al Alzheimer” o quizás el efecto de la dieta se genera debido a su impacto sobre otros factores de riesgo de Alzheimer, “como la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardíacas”.

En este sentido, NIA asegura la dieta mediterránea podría ser prometedora en estos aspectos, la cual hace foco en alimentos como frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado, mariscos, grasas insaturadas como aceites de oliva, y bajas cantidades de carnes rojas, huevos y dulces. Pero podría serlo aún más en su variación denominada MIND.

Uno de los básicos de la dieta es incrementar las porciones de verdura por semana (EFE/Kai Försterling/Archivo)

¿Qué es la Dieta MIND? ¿Qué alimentos es necesario moderar y cuáles incrementar en la ingesta diaria?

La dieta MIND es una combinación entre las dietas mediterránea y DASH (Enfoques dietéticos para detener la hipertensión). Según NIA, limita las porciones de carnes rojas, dulces, queso, manteca, margarina y comida rápida o frita; e incrementa alimentos de origen vegetal que están relacionados con la prevención de la demencia. Entre éstos, se incluyen 10 grupos de alimentos

  1. Verduras de hoja verde, al menos 6 porciones por semana
  2. Otras verduras, al menos 1 ración al día
  3. Bayas, al menos 2 porciones por semana
  4. Granos integrales, al menos 3 porciones por día
  5. Pescado, 1 porción por semana
  6. Aves, 2 porciones por semana
  7. Frijoles, 3 porciones por semana
  8. Nueces, 5 porciones por semana
  9. Vino, 1 copa por día
  10. Aceite de oliva

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