La “trampa” china y una visión desde EEUU: “Nos rompen las piernas y después nos venden las muletas”

by Redacción

Washington DC – América Latina tiene que cuidarse de “la trampa china”, pero no hay necesidad de que elija entre Washington o Pekín. Lo dice Juan Cruz, que durante parte del gobierno de Donald Trump fue el hombre que decodificaba Latinoamérica en los oídos del entonces presidente y hoy sigue concentrando su atención en la región.

“¿Cuándo fue la última vez que China se disculpó ante el mundo? ¿Cuándo? Los chinos nos rompen las piernas y después nos venden las muletas. China comenzó a destruir comercialmente a Australia. Todos nosotros estamos expuestos a ese peligro”, dijo Cruz, nacido en Puerto Rico, durante una entrevista en Washington en la que analizó en detalle las ventajas y desventajas de la creciente presencia del gigante asiático en la región.

Asesor senior del Centro Internacional de Estudios Estratégicos (CSIS) y director del Foro Estratégico Argentina-Estados Unidos, Cruz tiene claro que China pasó de ser “adversario a enemigo de los Estados Unidos”. Eso sí: insiste en que Washington no le pide a América Latina que renuncie al dinero y las inversiones de Pekín. Solo les pide a los países al sur del Río Bravo que sean “inteligentes y aprendan de las experiencias recientes”.

– ¿Cuánto “ruido” hace en Washington la creciente presencia de China y Rusia en América Latina?

– China se ha transformado de adversario a enemigo para Estados Unidos. Uno de los únicos temas bipartidarios aquí es China. La posición de Estados Unidos ante China es rígida, y en los últimos 12, 14 meses, China está desatada. Nos debe dar miedo lo que hizo China. En Canadá arrestan a la ejecutiva de Huawei que se estaba robando propiedad intelectual de Estados Unidos. En reacción a eso, China comienza a arrestar a canadienses formulándoles cargos inventados. Australia es una buena lección para aquellos que tienen a China como socio comercial número uno. Australia exige mayor apertura comercial china y saber qué sucedió realmente en Wuhan. No digo que lo hicieran a propósito, pero China ha logrado tumbar a la economía global a través de un virus con origen en China. ¿Cuándo fue la última vez que China se disculpó ante el mundo? ¿Cuándo? Los chinos nos rompen las piernas y después nos venden las muletas. Así, China comenzó a destruir comercialmente a Australia.

– ¿Eso qué quiere decir?

– Que todos nosotros estamos expuestos a ese peligro. Estados Unidos se dio cuenta durante la pandemia con la cadena de suministros, nos dimos cuenta de que en casi todo lo que podíamos producir nosotros la materia prima o algo del producto venía de China. Casi todo. Un químico que se importaba de China, un material raro. Éramos esclavos de China. En Perú, si produces escobas de madera estás necesitado de los chinos, porque la pintura o los repuestos de tu maquinaria vienen de China. Qué lindo el mundo interconectado e interdependiente, ¿no? Bueno, esto es el otro lado de la moneda. Fíjense en el choque de India y China, que no se daba desde hacía décadas. Los chinos tienen miedo a los indios sólo en el sentido de que son muchos los que habría que matar en una eventual guerra. El problema de la minoría uigur en China, en campos de concentración y obligados a trabajar en factorías e industrias chinas. Varias compañías internacionales se unieron para dejar de importar algodón y lana de esa región hasta saber qué sucede. ¿Qué hicieron los chinos? Anunciaron el bloqueo de esos productos en China. Los chinos se han adueñado de más islas en el Mar del sur de la China, islotes insignificantes pero con proyección económica marítima. Vietnam, Filipinas, Indonesia, todos se vieron agredidos, pero no tienen recursos para enfrentarse a los chinos. Y a eso sumemosle la violación del espacio aéreo y marítimo de Taiwán.

El canciller boliviano, Rogelio Mayta (i), habla hoy junto al embajador de China en Bolivia, Huang Yazhong, durante una conferencia en La Paz (Bolivia). EFE/Stringer
El canciller boliviano, Rogelio Mayta (i), habla hoy junto al embajador de China en Bolivia, Huang Yazhong, durante una conferencia en La Paz (Bolivia). EFE/Stringer

– ¿Cómo debería manejarse América Latina entre dos poderes tan grandes como los de los Estados Unidos y China?

– Estados Unidos no les pide a los países que decidan con quién están, si con Washington o Pekín. No, no pide eso. Pide que seamos más inteligentes, que aprendamos de esta experiencia reciente y miremos el tema de la corrupción que normalmente acompaña a los negocios chinos. Si quieren construir un tren bala en Argentina bienvenido, pero no queremos la corrupción y el abuso. Los chinos raramente pierden una licitación, ellos mismos se pagan el préstamo. Huawei regala teléfonos y tabletas, hay países que se venden por mil teléfonos y tabletas. Si los chinos te van a robar tu tesoro marítimo, destruirlo, hay que estar atentos. Pescan en esta región porque ya no quedan peces en China. ¿Vamos a dejar que esto se haga en todo el mundo? Por otro lado: la soja argentina, ¿a quién se la vendes si no es a China?

– Hay entonces una dependencia argentina de China.

– Sí, y la tenemos que aceptar, ¿qué le vas a decir a tus agricultores? ¿O a los productores porcinos? La gente está preocupada por la base china en la Patagonia. Si tu quieres que parezca algo nefasto lo puedes hacer. Los rusos lo están haciendo en otros lugares y hay una presencia parecida en Chile, ¿será de naturaleza diferente? Era una base de la NASA en un lugar de Chile especialmente adecuado para la exploración espacial. Expiró el contrato, la NASA no siguió y el gobierno chileno hoy alquila esa base remota, y los chinos tienen un espacio, como Estados Unidos o Noruega y otros países que operan allí. En la larga lista de problemas con China esa base en la Patagonia es de lo menos preocupante. Si Argentina la manda a cerrar, la tienen que cerrar, pero habrá represalias. Los chinos te van a pasar la factura. Te dejan de comprar soja, carne, vinos. Y es solo la primera etapa.

Telam, Buenos Aires, 25 de abril de 2021: El primer vuelo de Aerolíneas Argentinas, que conforma junto a otros dos viajes iniciados hacia China la denominada "Operación Beijing", con la que el Gobierno aspira a completar esta semana el arribo de 1 millón de dosis del laboratorio Sinopharm.
Foto: Presidencia de la Nación/cf/TelamTelam, Buenos Aires, 25 de abril de 2021: El primer vuelo de Aerolíneas Argentinas, que conforma junto a otros dos viajes iniciados hacia China la denominada «Operación Beijing», con la que el Gobierno aspira a completar esta semana el arribo de 1 millón de dosis del laboratorio Sinopharm. Foto: Presidencia de la Nación/cf/Telam

– ¿Argentina está entonces atrapada en una trampa china?

– Sí, como muchos países de la región de los que se está apropiando China. Tiene tanto peso que los puede terminar asfixiando. Chile les vende cobre a los chinos, Perú nitrato, guano y harina de pescado. Si China decide no comprarles más, ¿a quién le venden eso? Estados Unidos exporta cobre, no lo va a comprar… La exportación número uno del Perú es harina de pescado. China y la India son los dos grandes clientes.

– Rusia y China influyen también desde las vacunas contra el covid-19. ¿Qué debería hacer América Latina?

– Si esas son las vacunas disponibles, hay que comprarlas. Ellos han vendido y los chinos han vendido y donado. En Estados Unidos, esos 80 millones de vacunas iniciales son donaciones. Eso es una diferencia y es como el mundo está acostumbrado a ver a Estados Unidos, que tenía que ocuparse primero de su gente, pero que obviamente tiene obligaciones con sus vecinos también. Lo de Argentina con la Sputnik V fue freir y comer al mismo tiempo, fue un ensayo clínico de todo un país. Pero es que la situación lo demandaba.

– ¿Qué significa la Sputnik V para Rusia?

– Forma parte de su orgullo nacional, que en Rusia es un tema muy importante. ¿Cuántos países se juegan su dignidad nacional en una vacuna? El objetivo es que esta enfermedad que nos regalaron los chinos se acabe. Alberto Fernández se dio las dosis y dio positivo. Imagínate a Putin ante eso.

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